Vaya, no soy el único que se acordó de Dauntless en estas fechas.
Últimamente he estado echando la mirada atrás más a menudo de lo normal y por supuesto me tenía que acordar de World of Warcraft y de GPLP.
La verdad, no recuerdo mi etapa wowera con cariño. Pero no es por cómo el juego me absorbió y desde luego que tuvo impacto en cómo me desarrollé y llegué a ser la persona que soy ahora. Cuando jugaba lo hacía porque era lo que quería hacer, lo prefería antes que dedicarme a hacer lo que hacían mis amigos, que era salir a emborracharse o a meterse en antros con nada de luz y la música, que ni siquiera me gustaba, a un volumen infernal. Sí, soy raro, siempre lo he sido y después de jugar al WoW lo soy aún más.
Así que no es por eso por lo que recuerdo esta etapa con pena.
Recuerdo que empecé en la Horda, con un no-muerto brujo, sin apenas idea del juego. Un día me habló un nivel 70 y me invitó a su hermandad. Me acuerdo de cómo le respondí con miedo, no sabía ni qué era una hermandad, a saber dónde me iba a meter. Y acepté y desde luego que me lo pasé muy bien allí durante mucho tiempo, sobre todo cuando aún no sabía jugar y me valía casi cualquier épico de tela (iba a Karazhan con el S2 porque me parecía que daba mejores stats que el T4 xD). Fue de las etapas en las que más disfruté del juego.
Con el cambio a la Lich King me empecé a mirar guías, comencé a saber jugar y al mismo tiempo empecé a disfrutar menos del juego. Cuando wipeas y no sabes por qué, te da igual, pero cuando wipeas porque otros la cagan aunque tú lo hagas perfecto... Te quemas.
Así que tomé la decisión de informar al resto de la hermandad y le dediqué muchas horas al foro a meter guías, algunas de creación propia, tanto de bosses como de distintas clases. Me dieron permiso de administrador y remodelé el foro, lo dejé hecho una maravilla.
Cometí algún error, abusé ligeramente de ser administrador. ¿Cómo? Echando de un chat que había en ese foro a la gente a modo de broma. ¿Estuvo bien? Quizá no, no lo sé, para mí solo era un juego estúpido, ese chat estaba para pasar el rato cuando se caía el servidor, no era nada serio. Pero me quitaron de ser administrador, me degradaron. Eso no salió de ahí, venía de antes, había gente allí que no me quería. No me dieron ni las gracias. Tuve más oportunidades, pero no fue lo mismo. Hubo una persona allí que incluso me quitó a quien era una amiga para mí. Mira que no tengo una imagen muy buena de mí, pero él la hizo ver cosas en mí que no eran verdad y dejó de hablarme.
Luego estuve en otra hermandad que se fusionó con otra más grande. Allí sentía que no encajaba, que no conseguía tener el buen rollo que tenían los demás entre ellos. También aporté bastante al foro, guías, conocimiento de bugs, etc. Todo lo que queriendo o sin querer había aprendido de ser moderador en el foro de GPLP. En cuanto decidí irme, me borraron la cuenta del foro. Y no, no era lo normal, a mucha otra gente que se había ido les dejaban la cuenta con menos permisos para ver los foros Off-Topic y similares, pero a mí no.
Tampoco me olvido de estar en la hermandad PVP de la horda. Creí que hice buenas migas con ellos, hablábamos mucho por Skype, hacíamos raids con gente de ambas guilds, también hablábamos mucho por raidcall... Y de repente se mudaron a Whatsapp sin decirme nada, me dejaron atrás.
Y el foro de GPLP, por supuesto, tampoco me olvido. Entra cualquiera y todo el mundo le saluda y es agradable. Entro yo a saludar y parece que nadie se acuerda o se quiere acordar de mí. No sé, creo que no lo hice tan mal en ninguno de esos tres sitios como para recibir ese trato.
Y finalmente estáis vosotros, Dauntless. Sí que recuerdo esta etapa, la úlima, con mucho cariño. Cómo me acogísteis, la paciencia que teníais conmigo por la diferencia de horario, todo lo que llegué a lograr en el WoW gracias a vosotros (contenido que ni había rozado en el resto de hermandades, donde por fin sirvió de algo haber estado mirando guías tanto tiempo)... En fin, sois lo más positivo que saqué de GPLP.
Solo quería decíroslo, espero que os esté yendo de maravilla allá donde estéis. Especialmente a ti, Unukalai. Un abrazo muy fuerte.